Conciencia, Economía, Filosofía, Reflexión

Invertir en vida

Puede pensarse que alguien a quien le guste la filosofía es más próximo a las letras que a las ciencias. En principio, no tiene por qué ser así. La filosofía es una compañera muy tolerante, y suele gustarse de conocer nuevos amigos de viaje, no necesariamente parejos en gustos con ella.

En mi caso, me sucedió con algo tan exacto e incuestionable como la economía. Esta ciencia tan compleja como importante ha sido casi mi única motivación a la hora de poder estudiar matemáticas, una asignatura que jamás en la vida he podido aprobar con facilidad.

Pero, dentro de la economía y de sus grandes ramas, hay algo que me enamoró desde el primer instante en que lo conocí. Era un complejísimo mecanismo mediante el cual podías poner en riesgo una parte de tu dinero, con el firme convencimiento de que al cabo de un tiempo y gracias a tus conocimientos e intuición, tu inversión daría frutos y la operación habría valido la pena. Me quedé prendado por la Bolsa.

Como suele ocurrirme con todo lo nuevo que conozco, le di vueltas durante un tiempo al concepto y naturaleza de los mercados de valores, y tardé muy poco en llevarme una gran sorpresa. Pese a lo descabellado de estas palabras,  vi que habían muchas similitudes entre las bolsas de valores y la vida de las personas.

Como su propio nombre indica, la Bolsa es un un gran mercado al que acuden tres tipos de personas: Los que quieren comprar, los que quieren vender y los que median entre unos y otros. Tanto en la vida real como en el parqué, puedes tener cualquiera de los tres papeles y, para que tu esfuerzo tenga recompensa, deberás jugar tus mejores bazas.

En la Bolsa se invierte capital (dinero) mientras que en la vida, además de dinero, se invierten tiempo y esfuerzo. Las tres cosas son finitas, y de la correcta inversión de ellas dependerá cómo salgas de esta travesía económica y vital.

En la Bolsa debes invertir en un valor que te de ciertas garantías de rentabilidad. Esto quiere decir que el dinero que inviertas, has de meterlo en un valor que te vaya a proporcionar beneficios. Estos beneficios pueden venir básicamente en forma de revalorización o en forma de dividendos, e incluso de ambas formas a la vez. Obtener dinero sólo mediante dividendos es conservador y poco arriesgado, requiere de mucho tiempo y dinero, por lo que lo más atractivo para salir ganando a corto plazo con este juego es apostar. Apostar a que lo que tú compras se revalorizará en un futuro, valdrá más y podrás venderlo. De tu habilidad a la hora de invertir tu dinero dependerá que acabes ganando o perdiendo con esta operación.

Aunque parezca raro, la vida tiene cosas muy similares:

En la vida, además de tu dinero, tienes tu tiempo y tu esfuerzo para invertirlo en lo que desees. Al igual que en la Bolsa, en la vida también ganarás o perderás dependiendo de donde inviertas tus valores. También como en la Bolsa, tienes varias maneras de invertir según el plazo, la rentabilidad y el riesgo que contemples.

Así pues, puedes actuar de forma más conservadora invirtiendo tu tiempo, tu dinero y tu esfuerzo en cosas que seguro, a largo plazo, te reportarán ganancias. Establecer una pareja formal, obtener un trabajo, crear una familia y adquirir posesiones son inversiones que, como los dividendos, en la mayoría de los casos te otorgarán beneficios seguros a largo plazo. Lo que ocurre es que, ese largo plazo a veces es muy largo, y al final los beneficios pueden no ser tantos como nos creíamos.

Para los que no gustan de apostar sobre seguro, en la vida puedes también invertir de una forma más arriesgada; dando tu tiempo, tu dinero y tu esfuerzo a cosas que, pese a ser menos seguras, pueden reportarte beneficios inmediatos. Tal vez no tengas pareja ni quieras tenerla y tampoco poseas una rutina estable de vida. Incluso puede que te dediques, si la vida te deja, a disfrutar de todo sin atender a obligaciones.

También puede ser que a tu tiempo, a tu dinero y a tu esfuerzo no le otorgues un gran valor. Por lo tanto, ni siquiera te molestarás en invertirlos. Se evaporarán poco a poco, y es posible que para cuando quieras invertir ya no tengas muchas opciones fiables. No obstante, lo principal es darse cuenta de que lo que tienes, lo tienes para gastarlo. O para invertirlo. Que lo hagas antes o después será importante, pero sobre todo será importante el hecho de que algún día tomes auténtica consciencia de ello.

En el mercado financiero actual, a no ser que hubiera alguna OPA importante o algo parecido, ni se me ocurriría invertir en Bolsa. De hecho, aunque volviéramos a los tiempos de bonanza económica no sabría qué aconsejar a un conocido que me pida opinión acerca de una inversión.

Sin embargo, a la hora de invertir en la vida lo tengo bastante más claro. Tu tiempo, tu dinero y tu esfuerzo se verán recompensados si te decides a coger las riendas de tu existencia y apuestas fuerte por una inversión vital.

Invertir en vida es un concepto personal, maleable, casi íntimo.

Lo que más claro hay que tener para invertir en vida, es que el principal objetivo es conservar la propia vida. Tal vez sea una perogrullada, pero ninguna inversión nos dará beneficios si no estamos vivos para poder disfrutarlos. Por lo tanto, una buena parte de tu tiempo, tu dinero y tu esfuerzo deben ser invertidos en conservar una buena salud y una buena calidad de vida.

Igual que en la Bolsa, puedes invertir con pequeños gestos como tener prudencia en el tráfico o no cometer excesos. Si deseas invertir de forma más agresiva puedes además hacer ejercicio constantemente o cuidar tu alimentación con una dieta sana y equilibrada. Tú decides cuanto invertir, pero ésta es una de las apuestas más rentables, y es importante hacer una buena inversión porque la salud es una de las cosas fáciles de conservar pero también muy fáciles de perder. Antes de invertir en otra cosa, contempla hacerlo en esto.

A partir de ahí, la vida te ofrece un amplísimo abanico de posibilidades donde elegir. Sin saberlo, e incluso sin quererlo, constantemente estamos invirtiendo en cosas poco rentables y con mucho riesgo. Lo normal es que estas operaciones den pocos o muy pocos beneficios. Después de esas inversiones, y con el tiempo, dinero y esfuerzo disminuidos, contemplar nuevos valores donde invertir con seguridad se antojará más complicado, debido a los anteriores fracasos.

Por eso, tanto en la Bolsa como en la vida, has de estar al tanto de cómo van tus inversiones. No puedes dejarlas tiradas y esperar que crezcan, porque es probable que lo hagan, pero también es muy probable que cuando quieras recuperar la inversión no obtengas lo esperado. De este modo, es importante reflexionar de vez en cuando si estamos otorgando nuestro tiempo, dinero y esfuerzo a cosas que nos estén dando algún rendimiento positivo. Es muy importante darse cuenta de cuando una inversión está yendo mal, para sacar lo que tengas metido en ella y poder invertirlo en otro sitio mejor a la mayor brevedad posible.

Cuando has invertido en salud y calidad de vida, y una vez al tanto y conforme de todas tus inversiones actuales, hay pequeñas grandes gangas que conviene tener muy en cuenta.

Estas gangas, chicharros en argot financiero, son en la Bolsa un tipo de valores que, por diferentes circunstancias del momento, aumentan mucho su valor en poco tiempo, en apenas unos días o incluso menos. Obtener un gran beneficio adquiriendo estos valores es rápido y poco costoso, pues no necesita de una gran inversión, aunque también tiene el riesgo de bajar con facilidad igual que ha subido. No obstante, no es nada fácil encontrar un chicharro, y hay que tener mucha información y estar muy avispado para poder cazarlos en su momento óptimo y venderlos en el instante preciso.

Al igual que con otros conceptos, aquí también tenemos una gran similitud con la vida. Tenemos delante innumerables chicharros de gran rentabilidad que necesitan poco tiempo, esfuerzo y dinero para darnos grandes satisfacciones. No obstante, no es fácil captar la importancia de esos momentos ni saber aprovecharlos por lo bellos y únicos que son.

Disfrutar de una agradable charla con un anciano es algo que apenas nos requiere de un ratito de tiempo, nada de esfuerzo y cero euros. Sin embargo, puedes obtener muchísimo de ella.

Otros chicharros en la vida pueden ser pequeños instantes donde des un agradable paseo por un bonito lugar. O tal vez un rato de juego con tu mascota. También puedes obtener un gran rendimiento cocinando y/o comiéndote un suculento plato. O pasando una amena tarde con algunos amigos. Hasta con el simple hecho de mostrar una bonita sonrisa tienes mucho que ganar. Y también, por supuesto, el sexo es una de las mejores cosas en las que puedes invertir.

En la vida hay millones de sensaciones a nuestro alcance que podemos disfrutar a cambio de muy poco. Inversiones estupendas, pero difíciles de ver pese a que están delante de nosotros.

Pero, al igual que podemos obtener grandes beneficios invirtiendo bien nuestro tiempo, dinero y esfuerzo, es inevitable que la suerte juegue un papel fundamental en la mayoría de nuestras inversiones, financieras y vitales.

Es injusto, es la mayor de las putadas, pero en este mercado no tenemos todo el control. Una parte importante de nuestro éxito va a depender de las casualidades, del caos, de las reacciones en cadena. Aún así, podemos estar contentos porque hay quien no tiene prácticamente nada que invertir. Hay quien forma parte del circo, pero en los papeles secundarios, tras los números rojos de los índices bursátiles.

Por lo tanto, mientras sigas teniendo algo que invertir, piensa bien donde hacerlo. Ten en cuenta que en tus inversiones puedes perder y ganar, pero también puedes provocar que otros ganen y pierdan.

Por eso creo que hay que invertir en vida, porque la vida tiene muchos beneficios que darnos, a nosotros mismos y a nuestros semejantes. Hay riesgo, pero hay que asumirlo porque a la vida se le puede sacar mucho jugo.

12 comentarios en “Invertir en vida”

  1. La comparación entre la inversión en Bolsa y la vida de una persona me parece muy acertada.

    De hecho yo creo que la forma en que una persona invierta su dinero depende directamente de los objetivos que quiera conseguir en su vida. Y me refiero a todo tipo de objetivos, no sólo a los económicos.

  2. Pingback: Invertir en vida
  3. La filosofía es una heramienta que tiene usos cotidianos. Da respuestas a hechos o situaciones que, a priori, que la psicología y mucho menos la psiquiatría no llegarán nunca a ofrecer.

    Esto se debe quizás a que se invita a analizar las variantes de algo que ha ocurrido, tratando de encontrar en ellas una solución.

    Muy buen post, acertado, analítico, y preciso.

    Hola Filósofo Loco, he vuelto a Irlhadia tras unos meses de descanso! Felices Fiestas!

  4. Es importante saber elegir en esta vida, tan corta por otra parte para desperdiciarla. Pero aunque nos equivoquemos a veces, no pasa nada, cortar y volver a empezar. Hay quien se queda lamentando un error y pierde en ello más tiempo. En esta vida tenemos tiempo para casi todo. ¡Dura toda la vida!

    😉

    Un saludo, Filósofo, que este añoa sea, al menos, tan bueno como el que acaba de irse.

  5. Edurne, lo siento pero ante tal situación no puedo permitirme hacer alegorías de ningún tipo, y menos sin haber confianza. Te agradezco tu tiempo y espero que puedas llevarlo bien.

    Al amigo de la Bolsa, muchas gracias por tu comentario, me alegra mucho que alguien que trabaja en el sector valore la comparación.

    Beeril, amigo! Ya pensaba que no volvías! Espero que tu taller de risoterapia haya ido muy bien, y muchas gracias por volver por aquí, celebro que te guste el texto. Gracias por tu tiempo.

    Alicia, cierto es que hay que saber cuando la inversión no está yendo bien para cambiarla por otra. Siempre estamos a tiempo, pero también siempre nos habremos dejado algo por el camino.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y os deseo un feliz año 2010.

    Paz y amor, amigos.

    1. No, no es así Alicia. Estoy vivo, no tengo de qué quejarme y mi ánimo es positivo como siempre. Lo que pasa que a lo mejor mis palabras son más tranquilas y menos efusivas, o quizá mi último comentario fue más corto de lo normal (con lo que a mí me gusta enrollarme).

      No se debe a nada en particular, no obstante gracias de todos modos por tu interés y tu ánimo 😉

      Un fuerte abrazo.

  6. Pues sí, de hecho hay autores que en sus teorías mezclan filosofía o psicología con la economía, como es el caso de Erich Fromm, autor psicoanalista y que es crítico con la sociedad capitalista. Sin ir más lejos, en su libro «El arte de amar», hace muchas comparaciones entre el amor y la vida socioeconómica, pone la elección de pareja en la sociedad como si un mercado se tratase y las personas productos entre los que elegir, con unos valores que van por «modas» y cambian con la época. Si no lo has leido, es muy recomendable ( y eso que soy muy crítico con el psicoanálisis), así como «El miedo a la libertad» o «Psicoanálisis de la sociedad contemporánea».

    Un saludo.

    1. Jose, mil gracias por tu aportación. Sabía que algunos autores habían utilizado la filosofía o la psicología para el estudio profundo de la economía, pero no conocía sus nombres ni los títulos publicados.

      Supongo que, en el fondo, este texto no es más que otra comparativa.

      «Pone la elección de pareja en la sociedad como si un mercado se tratase y las personas productos entre los que elegir, con unos valores que van por “modas” y cambian con la época». Magnífica frase. A veces estamos obligados a elegir, y a ser injustos con otras alternativas que podrían ser tan buenas o mejores que las escogidas.

      Gracias por tus palabras y por tu tiempo. Sé bienvenido a este blog.

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